En el momento en el que todo comienza, el chip que tenemos en la cabeza se reprograma y todas nuestras prioridades se reorganizan. Ahora solo existe una cosa ÚNICA, el futuro bebé; nada más importa a partir de este momento, ni siquiera tú.
Esto ocurre así, sin pensarlo, sin planificarlo, quizás ese instinto de madre, y ese amor incondicional que empieza a crecer dentro de ti, hace que esto sea automático, pero es un error permitir que ocurra del todo.
¿Por qué lo digo? Porque a mi me paso, como a muchas madres. Ya dejas de ser tú, y comienzas a ser la mama de…
Te olvidas de ti misma, de pensar en ti, en tu beneficio, en tu armario, en tus compras, en tu tiempo… y todo comienza a girar en base a ese ser que viene en camino. Las compras son para él, el tiempo el que le dedicas solo a él, comienzas a pensar en sus revisiones, su beneficio, en su tiempo…
¿Malo?
¿Esto es malo? Para nada!!!! Te estás preparando para ser mamá, en mi caso una mami 2.0, estás arreglando el nido para cuando llegue ese pollito tenerlo todo listo y a punto, pero hay algo que si es importante no olvidar: ¡TÚ TAMBIÉN EXISTES!
Nos pasa a muchas mamás, y hoy después de casi 14 meses me doy cuenta que es un gran error, porque puedes terminar desapareciendo.
Yo soy una madre autónoma, y eso me da la libertad de trabajar desde casa. Siempre soñé con poder criar a mi hija y dedicarle tiempo para no perderme nada de sus primeros años. De esta decisión no me arrepiento, pero debí crear normas y rutinas un poco más estrictas, para poder tener yo también mi tiempo.
Han pasado días que no he podido trabajar, que se me juntan los papeles y las obligaciones que tengo porque quizás ese día la niña se sentía mal o reclamaba más atención, también en ocasiones la casa de me caía encima, ropa, plancha, lavadoras, comidas, barrer, fregar, las mil cosas que hay que hacer en una casa, además de eso, controlar la contabilidad, hacer la compra, escribir mis artículos, incluso bañarte!!!! Todo lo haces corriendo y hay veces que la mitad de las cosas las tienes que olvidar o posponer. Esto posiblemente solo nos ocurre a las mamás que hemos decidido quedarnos en casa con nuestros retoños más allá de los meses de baja maternal, o quizás a las madres que incluso estando en casa seguimos trabajando como podemos, al margen de las labores de la casa que también es un buen trabajo. La verdad que incluso con todo esto que les cuento, no me arrepiento de haberlo hecho y seguir haciéndolo, por mucho que mi esposo cuando ve mi desesperación me dice que busque una guardería para meter a mi princesa así sea unas horas.
Eso quizás lo haga el año que viene, de momento seguiré cuidando y enseñando a mi muñeca, aunque a veces me enseña ella más a mi, sobre todo a tener paciencia y sonreír cada segundo, únicamente debo cambiar algo: BUSCAR MIS TIEMPOS y recordar que yo también existo y soy importante, que debo dedicarme momentos para cuidarme, mimarme y organizarme mejor para tener espacios de tiempo en los cuales poder trabajar y dedicarme a mis negocios.
Y si no… no queda otra que ¡¡¡ llamar a la abuela!!! 😉